Lanavemadremonte: esculpiendo una metáfora corporal
Angélica Fajardo
Ernesto Neto construye su obra como quien crea órganos escultóricos. Su trabajo busca generar un estado onírico a partir de sus esculturas, si así se pueden categorizar, que invitan a la interacción; a una relación íntima del público con el objeto y el espacio. Se podría pensar en sus obras como metáforas corpóreas que expanden la práctica de la escultura no sólo por medio de los materiales utilizados, o la forma en que se concibe el espacio de exhibición, sino también por cómo opera una interacción física de la gente con éstas. El ensayo que desarrollaremos se propone estudiar la obra de Neto presentada en el MAMM (Museo de Arte Moderno de Medellín) para el 43 Salón (Inter)Nacional de Artistas titulada Lanavemadremonte para entender de qué manera ésta responde a una reevaluación del concepto de espacio de exhibición, de qué modo cambia las dinámicas entre espectador y obra, y cómo se logra apelar a un elemento corporal y orgánico en ella.
Buscaré analizar la obra de Neto primero, a partir de una contextualización de ésta y el modo en que la misma se enmarca en un legado que dejaron artistas del Neoconcretismo brasileño. Luego, a través de un análisis formal buscaré estudiar Lanavemadre- monte para que, articulando mi análisis con algunos artículos y ensayos, pueda responder a la pregunta ¿cómo se concilia lo corporal y orgánico con la forma de concebir el espacio en la escultura de Neto?
De esta suerte, el presente ensayo se propone entender los problemas en torno al campo expandido de la es- cultura y al uso del espacio como lo concibe Neto para así pensar sus esculturas como bioesculturas. Es, en últimas, un trabajo que abarca la relación del elemento corpóreo y natural en la obra, el cuerpo de la gente y el espacio.
Antes de continuar el ensayo quisiera enfatizar el problema de categorizar la obra de Neto dentro de un medio específico ya que, de por sí, la obra general del artista cuestiona los bordes y se debate entre lo escultórico y la instalación. El problema espacial es un interés del artista y por esta razón considero que sus obras enfatizan problemáticas en torno al campo expandido de la escultura. Cuando Rosalind Krauss escribió el ensayo “La escultura en el campo expandido” (1979) explicaba el modo en que el modernismo había generado una ruptura entre la escultura como categoría universal y autónoma y su sitio, generando de este modo obras que se situaban entre la arquitectura, el paisaje y la escultura. La escultura, en palabras de Krauss, “había adquirido la plena condición de su lógica inversa convirtiéndose en pura negatividad: la combinación de exclusiones. Podría decirse que la escultura había cesado de ser algo positivo y era ahora la categoría que resultaba de la adición del no-paisaje a la no-arquitectura” [1]
Con el modernismo la escultura en términos puros había perdido su base. Así pues, cuando se observa la obra de Neto se hacen explícitos los mismos cuestionamientos. Hoy se habla de instalaciones porque sus obras proponen nuevas posibilidades de entender el espacio, porque el artista abre sus obras a la audiencia para que sean penetradas o porque utiliza medios no tradicionales, pero ¿por qué no pensar en estas obras como esculturas en el campo expandido si se tiene en cuenta que éstas se asientan en un lugar específico y mantienen un lenguaje a partir del uso de ese lugar? ¿se deben pensar como instalaciones porque así es como se debe entender este tipo de propuestas artísticas en el arte contemporáneo? Annee Ellegood, en la introducción titulada “Sculpture’s Ever-Expanding Field” que hace para el libro Vitamin 3- D: new perspectives in sculpture and installation dice:
“Contemporary sculpture has not only grown to encompass numerous types of objets, materials and approaches to installation, but has also ab- sorbed the surface itself ”[2]
En Installation art in the new millennium: the em- pire of the senses, Nicolás De Oliveira habla de la “supermodernidad” y cómo ésta produce no lugares: “If a place can be defined as relational, his- torical and concerned with identity, then a space wich cannot be defined as relational, or historical, or concerned with identity will be a non-place” [3]
. Y estos no-lugares son elementos fundamentales de lo que es hoy en día la instalación. Ese autor estudia, a partir de distintas secciones, la instalación como medio esencial del arte contemporáneo y en el sentido en que ésta ha afectado la manera en que se observa el arte producido hoy en día. Para él, además de que las obras de arte consideradas instalación deben apelar a no-lugares, existe una característica básica de la instalación y es la forma en que ésta debe ser: “Immersive”:“inmersiva” o cautivadora, pues debe reflejar un deseo por el placer sensual, puesto que el espectador está completamente envuelto en la obra. Esto, explica De Oliveira, se ha conver-tido en una condición para la observación. Desarrollando un poco la idea, el autor dice sobre esta característica: “It appears to indicate a withdrawal into the self, to a place of bodily sensation. It allows artists to propose an escape from perceived reality which no longer offers stable boundaries” [4]. Es aquí entonces donde las obras de Neto se convierten en pura negatividad: son no-lugares que invitan a que el espectador se fusione con la obra de arte. Pero,
¿sí son instalaciones?
Es lógico que las esculturas de Neto ya no respon- den a unas construcciones fundamentadas en una cate- goría pura y separada como “escultura”. Sus esculturas, y me atrevo a llamarlas así no sólo porque es como el artista las piensa, sino también porque considero
[1] Rosalind Krauss, “La escultura en el campo expandido”, en La posmodernidad, ed. Hal Foster. (Barcelona: Bay Press, 2008), 66.
- Anne Ellegood, “Sculpture’s Ever- Expanding Field”, en Vitamin 3-D: new perspectives in sculpture and installation, Phaidon Press (Londres: Phaidon Press, 2009), 8.
[4] Nicolas De Oliveira, “Escape”, en Installation art in the new millennium (Londres: Thames & Hudson, 2003), 49
Traducción de esta edición:
“La escultura contemporánea no sólo ha crecido para abarcar numerosos tipos de objetos, materiales y enfoques para la instalación, sino que también ha absorbido la propia superficie”.
.
Traducción de esta edición:
“Si un lugar puede ser definido como relacional, histórico e involucrado con una identidad, luego un espacio no puedo no podría ser definido como relacional, o histórico, o involucrado con una identidad, sería un no-lugar”.
- De Oliveira,
Traducción de esta edición: “Parece indicar una retirada a sí mismo, a un lugar de sensación corporal. Lo que permite a los artistas proponer un escape a la realidad percibida que ya no ofrece
limites estables”.
que la escultura es un medio que como señala Anne Ellegood, permite abarcar distintos tipos de medios. Creo, como ella, que la escultura habita un espacio, llama la atención del espectador y ofrece un espacio para la contemplación:
“It [sculpture] exposes itself, without illusion or sleight-of-hand, in all its materiality and stands bra- vely before us. It may be the scale of the city block or a piece of wood leaning against the wall like so- mething belonging in the closet, but sculpture ne- ver fails to encourage us to look more closely at the world around us. As that world grows increasingly complex, ebbing and flowing between moments of profound connectivity and nearly insurmountable divides, sculpture offers us a space for interaction and contemplation” 5.
Neto dice: “yo soy un escultor, veo el mundo, veo la gravedad. Para mí, la gravedad es la gran Diosa, el gran misterio de nuestra existencia cósmica en el mundo”6. Sus obras generan una presencia, expanden las posibilidades del espectador con la obra y están comprometidas con la experiencia, con la contem- plación, con la percepción humana; aspectos que no están exentos de la escultura como medio artístico. Considero, entonces, que las obras del artista se per- mean en el campo expandido de la escultura en don- de la experiencia del espectador, si bien está mediada a través del cuerpo, está ligada también al espacio como lugar de encuentro de las facultades sensoriales y el estímulo de la obra en el espacio.
Ernesto Neto, brasileño de nacimiento que vive y trabaja hoy en Río de Janeiro, es un artista que ha tomado como legado algunas de las cuestiones fundamentales planteadas por el trabajo de artistas como Lygia Clark, Lygia Pape y Hélio Oiticica. Todos ellos, artistas del Neoconcretismo brasileño que buscaron a partir de sus propuestas artísticas ampliar los registros sensoriales de la experiencia estética más allá de lo puramente visual. La inte- racción con la obra de arte y la participación se volvía un elemento esencial en sus obras. No es ca- sual, entonces, que la obra general de Neto, de una
- Ellegood, 13.
Traducción de esta edición:
“La escultura se expone a sí misma, sin ilusión o trucos, en toda su materialidad y se presenta con valentía ante nosotros. Puede que tenga la escala de la manzana de una ciudad o de un trozo de madera apoyado contra la pared, como si perteneciera a un armario, pero la escultura nunca falla en el momento de alentarnos a mirar más de cerca el mundo que nos rodea. Como el mundo que crece cada vez más complejo, descendiendo y fluyendo entre momentos de profunda conectividad y cercanía insuperable, la escultura nos ofrece un espacio de interacción y contemplación”.
- Hans-Michael Herzog en conversación con Ernesto Rio de Janeiro, 21 de abril de 2006, en Seduçoes: Valeska Soares, Cildo Meireles, Ernesto Neto Istalaçoes, ed. Daros- Latinamerica (Zürich: Hatje Cantz, 2006), 133.
generación posterior al Neoconcretismo en Brasil, trabaje con el concepto del cuerpo, con la experien- cia estética y con la participación activa de la gente cuando éstas ya eran problemáticas desarrolladas por artistas previos.
El “Neoconcretismo” en Brasil surge en 1959 con el Manifiesto Neoconcreto como respuesta al Art Concret que había caído en un racionalismo extremo en su forma de abordar el arte. En el Con- cretismo estaba operando un dogmatismo excesivo que llevó a que el arte geométrico se rigiera por fórmulas que limitaban las posibilidades de expe- riencia con el material y restringía de igual modo la
creatividad artística 7. Así, el Neoconcretismo bus-
caba abrir posibilidad a la experiencia y a utilizar el arte como un medio de creación donde las fórmulas no operaran. En el manifiesto, los Neoconcretos di- cen:
“We neither consider the work of art a “machi- ne” nor an “object,” but rather, an almost-body, which is to say, a being whose reality is not ex- hausted in the external relationships between its elements; a being which, even while not decom- posable into parts through analysis, only delivers itself up wholly through a direct, phenomenolo- gical approach” .
El manifiesto, firmado por varios artistas, entre ellos Lygia Clark, quería recuperar las posibilidades crea- doras del artista y la intervención del espectador en la obra, para así despojar el arte de toda racionalidad in- dustrial presente en el arte concreto y de sus fórmulas regentes. De esa forma Lygia Clark y Hélio Oiticica, entre otros, convirtieron el cuerpo en punto esencial de reflexión, no como una referencia temática, sino como un medio para desafiar y subvertir los códigos artísticos. Es aquí donde viene a operar el legado en Neto, pues el cuerpo constituye el elemento primor- dial a través del cual produce su obra.
Adriano Pedrosa, en un artículo para Frieze Ma- gazine sobre Neto, explica que un gran legado para este artista fue el concepto de “penetrável” (penetra-
ble) introducido por Oiticica9. Los penetrables de
- Almicar de Castro et , “Neo- concretist Manifesto”, October No 69 (Summer, 1994): 91.
- De Castro,
Traducción de esta edición:
“Nosotros no consideramos la obra de arte una “máquina”, ni un “objeto”, sino más bien, un casi-cuerpo, es decir, un ser cuya realidad no está exhausto en cuanto a las relaciones externas de sus elementos; un ser que, incluso aunque no se pueda descomponer en partes a través de análisis, sólo se ofrece a sí mismo en su totalidad a través de un acercamiento directo, fenomenológico”.
- Adriano Pedrosa, “Ernesto Neto”, Frieze Magazine No 39 (Marzo-Abril, 1998).
Oiticica consistían en construcciones arquitectóni- cas complejas y en cierto modo precarias, realizadas en un espacio determinado en donde el visitante ya no era un simple espectador sino que se convertía en un participante activo, capaz de tocar, recorrer, sentir y experimentar la obra. Con eso en mente, las obras de Neto acogen este tipo de propuestas artís- ticas para concebir el espacio de exhibición a partir de nuevas problemáticas como la alusión al cuerpo a través del uso de materiales membranosos.
Las obras de Ernesto Neto exacerban el aspecto del tacto y la experiencia sensorial a tal punto que éstas se pueden penetrar, tocar, oler, recorrer, sentir y experimentar. Sus obras, vinculadas a una estética relacional, generan un espacio para concebir sensa- ciones de intercambio y de proximidad en la gen- te. Por ejemplo, la obra Globiobabel nudelioname landmoonaia de 2000 (Fig 2.2), expuesta en Zürich para una exposición titulada “Seduções”, da cuenta de cómo la interacción del público con la obra se vuelve un elemento esencial para el artista. En una entrevista realizada por Hans-Michael Herzog, el cu- rador de la exposición, Neto habla un poco sobre esta obra, el concepto de interacción y establece que en ella él quería crear: “un lugar en donde las personas pudieran encontrarse. Sería lo opuesto de la Torre de Babel. En vez de esa torre en la cual hablaban tantos idiomas distintos sin que la gente se comprendiera, éste sería un lugar donde al no haber lengua alguna, las personas se podrían relacionar entre sí mediante lo sensorial” 1.0 Esto es justamente una característica primordial de las obras de Neto, en las que el cuerpo de la obra se vuelve un lugar de integración entre el público y ésta, e igualmente, se convierte en un lugar de introspección cuando en soledad se atraviesan los espacios creados por el artista.
Las obras de Neto invitan a la interacción y a establecer una relación más íntima con el objeto y el espacio. Esto mismo se puede decir de su obra Lanavemadremonte, del 2013 que utiliza el espacio
central del MAMM para abrir toda una nave corpó- rea, traslúcida, maleable y que permite una relación de proximidad de ésta con el espectador. Ésta es una
- Hans-Michael Herzog en conversación con Ernesto Neto,
obra que tiene, como su título indica, una estructu- ra de nave: la estructura de un piso, un techo, pare- des y patas. Está hecha a partir de tela poliamida, medias veladas, cartón, arena, clavo, bolas plásticas de caucho y de icopor y tubos de aluminio. Así, se dejan de lado los elementos industriales para dar cabida a una obra polimorfa, traslúcida y con alusión al cuerpo hecha con materiales que se esti- ran, redes que no se rompen pero que sin embargo parecen ser muy frágiles. Lanavemadremonte es una suerte de habitación consolidada a partir de un lar- go túnel poroso y blanco traslúcido, cuyas paredes, piso y techo, hechos a partir de medias veladas y tela poliamida obligan al espectador a fusionarse con esta “bioescultura” que pareciera ser un espacio que respi- ra por sí mismo.
En el interior del túnel hay sin duda un énfa- sis en la experiencia, pues el espectador va adqui- riendo una sensación de protección a partir de los tejidos utilizados por el artista. Hay una evidente indicación de búsquedas sensoriales a partir de los materiales utilizados, cómodos al tacto y que actúan generando cierto placer en el espectador. Además, el olor a clavo se hace presente desde que se penetra el espacio, creando así una rele- vancia sensorial y atmosférica deliberadas en aras de generar sensaciones que excedan lo puramente visual o táctil. Una vez el espectador se fusiona con la obra se logra ver una suerte de masas con distintos tipos de peso. Parecen simular amíg- dalas que se suspenden como estalactitas en un techo que a su vez no es rígido. Neto pone en tensión el peso con la gravedad y expande la prác- tica de la escultura con la interacción física de los espectadores. Sin duda, la obra parte de obras an- teriores de Neto como Peso, en la cual incorpora pequeñas bolitas de plomo a una media velada. Sobre esta obra Neto dice: “Cuando se toma la escultura y se deja caer, ésta adquiere una forma existencial, tiene una identidad; una estructura corporal, formal, existencial. Y por esto la escul- tura se expande y adquiere una forma casual, de- pendiendo de las condiciones físicas existentes”11.
- Hans-Michael Herzog en conversación con Ernesto Neto,
Es interesante observar la tensión que gene- ra Neto entre los pesos suspendidos de aquel techo maleable, que en este caso están relle- nos con arena, y el resto del espacio del túnel, pues pareciera como si esos pesos fueran des- cendiendo con el paso del tiempo, jugando un poco con la ligereza que genera el ambiente. El recorrido depende bastante de una subje- tividad, de una experiencia individual, pero a la vez de una cierta experiencia grupal propia del legado de los Neoconcretistas. Como par- ticipante activo de la obra, se pueden tocar las paredes porosas y cuando termina el recorrido por el túnel se llega a una silla flexible o “puff ” negro en el que el espectador se puede recostar y descansar allí. Lo que es sugerente en este caso es que las condiciones no son precisas y todo está realizado por medio de nudos; todo hace parte de una expansión escultórica casi artesanal que remite a la piel, a lo natural, a una sensación orgánica y es entonces cuando se logra entender que las esculturas del artis- ta son trabajadas como metáforas corpóreas. Lanavemadremonte nos recuerda la experiencia más primigenia del mundo: la experiencia que revela la condición humana como una esencial- mente corporal. Neto considera que sus escul- turas “son como ciertos desnudos abstractos que reflejan la idea de desnudez sin representar al cuerpo desnudo”12.
Jesús Eduardo Oliva Abarca, en un artículo para ArtNexus sobre Neto, establece que el recurso más inmediato y evidente de su obra es quizá la manera en que nos remite como espectadores a un mundo diferente pero no del todo desconocido, pues el espec- tador invade territorios desconocidos que, sin embar- go, ofrecen un espacio confortable y placentero que simula un vientre, por ejemplo13. Ernesto Neto crea mundos híbridos entre lo corporal y lo arquitectóni- co pero siempre remitiéndose a elementos naturales o biológicos y esto es claro en Lanavemadremonte. Hay un sentido de protección a partir de las formas polimorfas realizadas por el artista que remiten a ele-
- Hans-Michael Herzog en conversación con Ernesto Neto,
- Jesús Eduardo Oliva Abarca, “Ernesto Neto”, Art Nexus No 84 (Marzo-Mayo, 2012).
mentos como las amígdalas o el vientre, afirma Oliva Abarca. En ese sentido, el artista incluso piensa su obra como “bioarquitectura” o “bioescultura” porque crea membranas que simulan órganos corporales y genera un trabajo que abarca una relación de la piel con su contenido.
En la entrevista que le hace Hans-Michael Herzog a Neto, éste establece que trabaja con cuerpos cerrados
—porque están conformados a partir de dos tejidos que se unen y que generan un volumen— que se ex- panden. Para explicar esto dice:
“Si uno hace un dibujo sencillo de una per- sona, tipo ameba, sobre tejidos que uno cose y rellena, se obtiene una figura humana porque se la ha dado volumen. O sea que somos una piel con agujeros por donde nos alimentamos y eva- cuamos, así es” 1.4
La obra expuesta en el MAMM, pues, parte de la piel como un órgano esencial que genera una relación o conexión en el ser humano entre el in- terior y el exterior. Artísticamente, Neto dice que él considera que todo sucede en la piel. Sus naves, como la expuesta en el Salón (Inter)Nacional de Medellín son trabajos sobre membranas, sobre estructuras orgánicas con la incorporación de dis- tintos pesos que cambian la forma de observar.
Neto invita a pensar el mundo de una forma más orgánica y menos mecanizada, en donde la tensión entre ligereza y peso sea una que lleve al espectador a concebir un espacio físico que refleje las tensiones dentro de nuestro propio mundo. El “cómo” obser- vamos el mundo, el “cómo” lo sentimos y lo vivi- mos se vuelven elementos esenciales para entender su obra. La forma en que el artista concibe el espacio creando una estructura de nave, con patas y brazos que se abren en el lugar de exhibición; una estruc- tura animal que se expande y que a su vez mantiene una piel transparente, provoca una suerte de proxi- midad del espectador con la naturaleza a partir de elementos puramente matéricos como son las me- dias veladas o la tela poliamida. La manera de ama rrar la obra de un modo casi artesanal a partir de nudos simples, o la manera de utilizar la luz como un elemento activador de transparencias, llevan a que haya profundos efectos sensoriales, a que se ac- tiven los sentidos a partir de alusiones corporales y orgánicas que generan una suerte de formas existen- ciales, como menciona Neto. Dichas formas mutan en otras y se expanden de acuerdo al uso del lugar; remiten, en fin, a la piel como un órgano que nos permite a los seres humanos enfatizar experiencias de intercambio entre el interior y el exterior.
Cada día el campo de la escultura se sigue ex- pandiendo y artistas como Ernesto Neto hacen esto visible. No hay duda de que la escultura ha probado ser un medio bastante maleable. El traba- jo de Neto se aleja de una escultura convencional e invita al espectador a apropiarse de la obra, a in- teractuar con ella, a vivirla. En su conjunto La- navemadremonte es una escultura que adopta un legado del neoconcretismo y concilia un elemento corporal y orgánico con una exploración cuidado- sa del espacio a partir del cual se abre una nave membranosa y porosa. Neto ofrece al espectador un lugar en el que confluyen una realidad maté- rica con una ficción orgánica. En ella se ajusta un universo sensorial y protector con una materiali- dad que apela a lo corpóreo. La piel, ese órgano que envuelve y protege el cuerpo, se materializa a través de los recursos utilizados por el artista en su obra. Lanavemadremonte atrae, es sensual, genera tensiones entre la gravedad y la ligereza, el peso y la levedad. Al tiempo, resalta las dinámicas cor- porales de la gente que la penetra generando una escultura en el campo expandido que es etérea, po- limorfa y orgánica.
Bibliografía:
Daros-Latinamerica, ed. Seduçoes:Valeska Soares, Cildo Meireles, Ernesto Neto Istalaçoes. Zürich: Hatje Cantz, 2006.
De Castro, Almicar et al. “Neo-concretist Manifesto”. October No 69 (Summer, 1994): 91-95.
De Oliveira Nicolás, Nicola Oxley y Michael Petry. Installation art in the new millennium. Londres: Thames & Hudson, 2003.
Krauss, Rosalind. “La escultura en el campo expandido”. en La Posmodernidad, editado por Hal Foster, 59-74. Barcelona: Kairós S.A., 2008.
Oliva Abarca, Jesús Eduardo. “Ernesto Neto”. Art Nexus No 84 (Marzo-Mayo, 2012). Disponible en: http://www.artnexus.com/Notice_View.aspx? DocumentID=24253
Pedrosa, Adriano. “Ernesto Neto”. Frieze Magazine No 39 (Marzo-Abril, 1998). https://www.frieze. com/issue/review/ernesto_neto/
Phaidon Press, ed. Vitamin 3-D: new perspectives in sculpture and installation. London: Phaidon Press, 2009.
Rebollo Gonçalves, Lisbeth. “Ernesto Neto: Sensation and Time”. Art Nexus No 48 (Abril-Junio, 2003). Disponible en: http://www.artnexus.com/
Notice_View.aspx? DocumentID=9620
Hans-Michael Herzog en conversación con Ernesto Neto