Editorial – Decimotercera edición
La historia del arte muchas veces ha sido sinónimo de historia de artistas. La fusión entre la vida y la obra de un artista ha significado uno de los problemas que más ha interesado a la historiografía por lo menos desde el siglo XVI, tanto así que a veces la autoría y el atribucionismo de obras representa una obsesión para diversos investigadores. ¿Por qué acercarnos a la historia del arte a través de la vida de los artistas ha representado una narravita tan atractiva? Tanto la vida, con sus anecdotarios, como las obras entendidas como acontecimientos vitales han constituido unas lógicas discursivas y de comprensión histórica del arte que han marcado incluso cómo la gente se acerca por primera vez a él. Así designamos las obras casi como reliquias y reconocemos su valor en tanto identificamos su autoría: un Miguel Ángel, un Obregón, un Kalho etc…
Plantear preguntas y problemas sobre cómo la historia del arte ha construido relatos biográficos de artistas ha sido una reflexión que me ha interesado mucho como investigadora del arte colonial en las Américas, donde es comun desconocer los nombres de quienes crearon lo que estudiamos. Como docente ya he compartido en el pasado con estudiantes del programa de Historia del Arte y de la maestría estas reflexiones y preguntas en el marco de la historiografía del arte colonial en un curso que suelo titular Genio y Figura, pero por primera vez me animé a abrir una asignatura para pensar críticamente estos problemas desde una perspectiva global, así nació Vida y Obra. Construcciones biográficas de artistas. De ahí, que durante ocho semanas del segundo semestre del 2023, estuvimos pensando y discutiendo con un grupo de estudiantes sobre las relaciones entre la vida y la obra de los artistas en sus relatos biográficos en uno de los calurosos salones del edifico O de la Universidad donde nos reuníamos todos los lunes y miércoles por la tarde en el marco de Vida y Obra.
En el curso nos preguntamos por las maneras cómo se han construido relatos biográficos en torno a figuras canónicas del arte desde la modernidad temprana hasta el presente, para con ellas revisar cómo la construcción histórica en torno a los artistas ha estado vinculada a diversos procesos nacionales y regionales de formación identitaria. Reflexionamos además sobre cómo aún hoy se evocan en las historias de artistas las tradiciones biográficas de la Antigüedad clásica y del Renacimiento italiano. Con ello, el curso proponía una larga temporalidad de análisis, así como un amplio contexto geográfico como escenario de estudio.
Este nuevo número monográfico de Clío recoge algunos ensayos finales hechos en el curso, donde sus autores se enfocan en las ausencias y los olvidos de los relatos biográficos, como son el poco protagonismo de las artistas mujeres y artistas latinoamericanos. A la par de ello, se hizo un esfuerzo en estos textos por indagar nuevas posibilidades narrativas, por lo tanto, quien lea estos artículos encontrará diálogos y autobiografías imaginadas, así como cronologías determinadas por particularidades que surgen de análisis formales. Estas apuestas surgieron en el curso de forma espontánea tras habernos cuestionado por las temporalidades, las anécdotas, por el lugar de la obra como acontecimiento, por los recursos narrativos y por la relación entre vida y obra y las posibilidades que nos puede proponer aún el relato biográfico en la historiografía del siglo XXI.
La revista comienza con “Mónica Mayer. El arte tiene que ser lo que nosotras necesitamos que sea”, un texto sugestivo e ingenioso de Luna Torres y Cheyanne Morris que tiene como protagonista a la artista, escritora, curadora, divulgadora y activista Mónica Mayer nacida en México en 1954. Aquí se propone una autobiografía imaginada cuya narrativa se construye en diálogo entre textos de la artista y otros escritos de las autoras quienes a través de un escrito en primera persona hablan por Mayer. Entre fuentes primarias y reflexiones secundarias se puede leer un retrato íntimo que involucra algunos de proyectos artísticos de Mayer durante tres periodos de su vida desde la década de 1970 a 1990.
Juliana Suescún y Martín Vargas crearon un relato biográfico titulado “El proceso entre lo profano y sagrado en A Love Supreme de John Coltrane”. En él, el texto propone una biografía de Coltrane a la luz del álbum musical A Love Supreme donde el análisis de cada una de las canciones que lo conforman constituye una linea de tiempo espiritual en la vida de Coltrane. De esta manera, el ensayo biográfico se pregunta por el rol que cumple el contexto de su vida y del jazz para la creación de un hito en la historia de la música como lo es A Love Supreme.
La revista continúa con “Emma Reyes: línea, migraciones y fronteras” escrito por Gabriella Jaramillo Arciniegas y Juanita Bayona Lozano. En este artículo, sus autoras establecen la línea como un elemento constante y característico en la obra de Emma Reyes. Es a través de una línea obsesiva y minuciosa que durante su vida delimitó, construyó y rellenó espacios y fragmentos en sus obras. La línea traza en este texto las cronologías de la vida artística de Emma Reyes y sus períplos entre Argentina, Uruguay, México y Francia.
Cerramos esta versión de Clio con “Caballero y Haring: un encuentro corporal” un texto creativo de Lina Ramírez y Juliana Botero en el cual proponen el encuentro entre dos artistas que fueron contemporáneos en el tiempo, tuvieron vidas y experiencias semejantes, pero al parecer, jamás compartieron el mismo espacio. Luis Caballero Holguín y Keith Haring, uno colombiano y el otro estadounidense, gracias a las autoras logran sostener una conversación imaginada sobre su vida y su obra el 15 de noviembre de 1982 en Nueva York.
Agradezco al equipo editorial de la Revista Clío por animarse a editar este número y un especial reconocimiento a todas y todos los estudiantes de aquel curso de Vida y Obra y quienes de forma entusiasta se animaron a pensar críticamente e imaginar construcciones de vidas de artistas. Espero que quien lea estas apuestas, encuentre en los relatos biográficos acá consignados nuevas posibilidades para pensar a los artistas a la luz de su vida y su obra.
Olga Isabel Acosta Luna
Bogotá, 16 de octubre del 2024