Editorial – Décima edición

Editorial – Décima edición

Es muy gratificante presentar la décima edición de la Revista Clío. Se sabe que sobrevivir en el complejo mundo editorial no es una tarea sencilla y, por esto, el equipo editorial de esta revista merece aplausos de reconocimiento. Clío nació de una iniciativa de los estudiantes del programa de pregrado de Historia del arte de la Universidad de los Andes y es gracias a la infatigable energía de ellos que ha logrado mantenerse y consolidarse como un referente disciplinar a nivel nacional y latinoamericano. La vitalidad de la revista ha sido variable, ha pasado por momentos de crisis que han sido superados gracias al trabajo colectivo y riguroso de los distintos equipos editoriales que ha tenido. Después de años de permanecer en estado vegetativo, un grupo valiente de estudiantes decidió, en plena pandemia, reanimar la revista. Desde el 2020 ya se han publicado cuatro números, lo cual demuestra que esta reanimación está teniendo sus frutos. 

En su décima edición celebramos ese ímpetu de los estudiantes con diez excelentes artículos escritos por estudiantes activos de la universidad (nueve estudiantes del pregrado en Historia del arte y un estudiante del pregrado en filosofía). El número de artículos no solo honra a la décima edición, sino que se debe a un hecho digno de resaltar: es la ocasión en la que la revista ha recibido más propuestas y es el número en el que más artículos se han publicado. Todo logro implica mayor esfuerzo y, el número que el lector tiene en sus ojos, ha significado un gran trabajo editorial que muestra el desarrollo positivo que los estudiantes del pregrado en historia del arte han tenido.  

La variedad metodológica que los lectores encontrarán en los diez artículos publicados en esta edición ofrece una mirada rica a diversos problemas y temáticas de la disciplina. Aproximaciones historiográficas, teóricas, estudios de obras a partir de su materialidad, iconografía o estilo son algunas de las líneas disciplinares que encontramos en esta edición.  

En el artículo titulado, “¿Es posible la historiografía del arte desde la metaperiferia?”, Sofía Aguilar propone una reflexión puntillosa sobre la posibilidad de narrar una historia o una(s) historia(s) del arte que cuestionen nociones como nación, centro y periferia. Pensar los procesos discursivos desde el interior de sus propias estructuras, puede servir para cuestionarlas, hacerlas temblar y proponer, así, una historia del arte en Colombia ajena a la visión oblicua de la historiografía de corte jerárquico y marginalizante. Sin interesarse por una evaluación historiográfica, pero sí con un interés por cuestionar las categorías de centro y periferia, Gabriella Jaramillo sugiere en su artículo, “El traje nacionalista Latinoamericano en el siglo XIX: la Nueva Granada y México como muestra del dilema entre el amor por la moda europea y la búsqueda de lo propio”, la posibilidad de una historia del arte global que reconozca los intercambios a partir de estudio de la cultura material y visual, en este caso, los trajes representados en pinturas del siglo XIX en La Nueva Granada y México. A igual que en el trabajo de Sofía Aguilar, en este artículo se problematizan las nociones de nación (nacionalismo), centro y periferia. 

Ante la indiferencia que muchas veces la disciplina de la Historia del arte ha tenido con respecto a los estudios de la materialidad de los objetos artísticos, la presente edición publica dos sugerentes artículos que abordan el estudio de dos famosas obras a partir de su materialidad: la acuarela. El primero de estos trabajos se titula “Entre el arte y la ciencia: el valioso rol de acuarela en la ilustración científica de aves analizado a partir de la obra de Hector Giacomelli”. Su autora, Laura Helena Zamudio Garzón, hace un riguroso análisis de la pintura Una percha de pájaros de Hector Giacomelli a partir de las posibilidades de la acuarela como técnica y materia para lograr una mímesis de la naturaleza que conlleva a que la pintura se convierta en una herramienta de observación científica. Por su parte, Pablo Añez Held, en su artículo, “La crudeza de lo efímero: apuntes sobre Ed Underwear #1 (2002) de Billy Sullivan”, nos revela una dimensión poco estudiada de la obra de artista norteamericano Billy Sullivan: la materialidad metafórica de lo acuoso, es decir, la utilización de la acuarela para representar el carácter efímero de la intimidad masculina. 

Esta edición también ofrece un artículo de corte teórico. Juan Francisco González hace un análisis de la primera escena de la película Solaris dirigida por Andréi Tarkovski a partir de los conceptos de bello y arte bello desarrollados por Kant en su “Analítica de lo bello” (Critica al juicio). Las nociones de “desinterés” y “universalidad” le permiten al autor discurrir en el concepto de arte aplicado a una manifestación estética particular. 

Tres artículos exploran las múltiples capas semánticas de una imagen. Bajo un método iconológico, Ana Gabriela Riaga, Emilio González y Mariana Castañeda analizan tres imágenes y proponen interpretaciones sumamente sugerentes. González y Castañeda parten de dos famosas pinturas del siglo XX y evalúan posibles elementos simbólicos que permitan una lectura novedosa de las imágenes. En “Bodegón con morcilla: la guerra sobre la mesa”, González afirma que este óleo realizado por Pablo Picasso en 1941 debe entenderse como una pintura de carácter moralizante (cita a las vanitas de los siglos XVI, XVII y XVIII) que apunta a develar lo sombrío de un periodo marcado por la guerra (la invasión nazi a Francia). Castañeda, de una forma similar, en el artículo titulado “Mesas para señoras (1930): Hopper y las analogías de comida con la soledad estadounidense en los años 30”, también resalta el carácter simbólico de la comida presente en el cuadro como una excusa para revelar la situación socioeconómica de Estados Unidos y la situación de la mujer en este país en las primeras décadas del siglo XX. La autora busca distanciarse de interpretaciones anteriores de corte iconológico que solo ven en la pintura la soledad propia de la Gran depresión y, por el contrario, resalta los alimentos presentes en el cuadro como un símbolo del sexismo. Finalmente, en el artículo, “La carne femenina en el hijo pródigo”, Ana Gabriela Riaga analiza la iconografía de un plato en cerámica que hace parte de la colección del Museo Metropolitano de Nueva York. Dicha iconografía representa la escena bíblica del hijo pródigo. La autora propone una posible carga moralizante de la escena en la que se promueven comportamientos misóginos.  

 

Catalina Silva y Nicole Montealegre estudian dos obras muy diversas desde enfoques metodológicos que reflexionan en torno a la naturaleza de dos géneros pictóricos: el paisaje y el retrato. En “El paisaje en movimiento y la evolución de la técnica de Cézanne”, Silva nos introduce en un análisis estilístico de la serie de paisajes de la Montaña Sainte-Victoire de Paul Cézanne. En este análisis se detiene en los colores, la tendencia hacia la abstracción, la búsqueda de geometría en las figuras y la construcción de los planos como elementos constitutivos de una nueva mirada de la naturaleza y el nacimiento de una representación moderna del paisaje. Montealegre, por su parte, en “Retratando la cara de la violencia doméstica: Ángel en casa No.3 (2007) de Libia Posada”, evalúa la manera en la que la artista colombiana se apropia del género del retrato para denunciar la violencia de género. Según Montealegre, Libia Posada cuestiona la noción tradicional de retrato y lo configura como un medio idóneo para exponer una “psicología del cuerpo violentado”.  

 Finalmente, estos diez artículos son la prueba viva de que La Revista Clío se mantiene fiel al propósito que la vio nacer y que se ha convertido en su ADN: ser un espacio hecho por estudiantes, para estudiantes. Un espacio de colaboración, convergencias y, sobre todo, reconocimiento y apoyo del talento. ¡Felicitaciones a todos los estudiantes que han sido parte de los distintos grupos editoriales y a todos los autores! ¡Qué la llama siga siempre viva! 

 

Darío Velandia Onofre 

Director del departamento de Historia del arte de la Universidad de los Andes