Subconsciente y espiritualidad: una mirada Junguiana a Mujer Saliendo del Psicoanalista de Remedios Varo
Subconsciente y espiritualidad: una mirada Junguiana a Mujer Saliendo del Psicoanalista de Remedios Varo
Por: Ana Sophia Moncayo Torres
El movimiento surrealista, surgido en la primera mitad del siglo XX, se caracterizó por su interés en explorar los rincones más profundos de la mente humana, a menudo utilizando el onirismo y las teorías del psicoanálisis como herramientas para revelar lo inconsciente. Dentro de las artistas exponentes de este movimiento se encuentra Remedios Varo, una pintora española que desarrolló gran parte de su carrera en América Latina, particularmente en México. Varo, con su estilo único y su interés profundo en lo místico, lo esotérico y lo psicológico, produjo obras ambientadas en lugares fantásticos y protagonizadas por misteriosos personajes andróginos, ricas en simbolismo y exploración del subconsciente femenino.
Este ensayo busca comprender la importancia del psicoanálisis y el mundo onírico en la construcción del lenguaje artístico de Remedios Varo, así como la influencia de las inquietudes psíquicas de la artista y su búsqueda por el autoconocimiento. Particularmente, su obra Mujer saliendo del psicoanalista explora la liberación y el autoconocimiento femenino a través de las teorías del psicoanálisis junguiano, revelando una profunda conexión de la artista con los conceptos del inconsciente colectivo y la individuación en el contexto del surrealismo latinoamericano del siglo XX. Remedios Varo nació en España en 1908. Su padre detectó el interés y talento artístico, lo que la llevó a estudiar en la Academia San Fernando de Madrid. Tras el estallido de la Guerra Civil Española en 1936, se trasladó a París junto con su pareja, el francés Benjamín Péret. Allí, Varo se unió al círculo surrealista, influenciada por figuras como André Breton. La invasión alemana a París durante la Segunda Guerra Mundial la llevó a México en 1941, donde finalmente encontró un entorno más estable para su trabajo creativo[1]. En México, Varo se integró a la comunidad de exiliados europeos y, después de un tiempo, comenzó a dedicarse plenamente a su arte. Es en este país que Bretón tildó de ser el más surrealista del mundo, donde Varo realizó la obra Mujer saliendo del psicoanalista, objeto de estudio de este ensayo[2].
Este cuadro representa a una figura antropomorfa de apariencia femenina situada en medio de un espacio arquitectónico abierto y redondo (quizás la calle o un patio), en el que hay dos puertas. El cielo está cubierto por unas nubes densas y oscuras. Del lado izquierdo hay una puerta entreabierta, y que en la pared lleva la inscripción “Doctor von FJA psicoanalista”. Al lado derecho está la otra puerta, esta vez cerrada. En el suelo, enmarcado en una circunferencia, hay un pequeño pozo redondo. La figura que captura la atención del cuadro es la misteriosa mujer de cabellos blancos que se mueven en varias direcciones asemejando un par de cuernos. Viste un grueso manto verde que cubre parcialmente su cara, de la que sobresalen unos ojos almendrados que miran hacia la puerta oscura. A la altura de su pecho, del manto surge un nuevo rostro similar al de la mujer, pero mirando en la dirección contraria. En su mano derecha, que apenas sobresale, lleva una pequeña cesta con objetos varios como hilos, un reloj y una llave. En su otro brazo estirado, hace con la mano el gesto de verter en el pozo una cabeza fantasmagórica de hombre bocabajo, la cual sostiene en pinza por la barba.
A pesar de los cuestionamientos que puedan surgir sobre la técnica detrás del cuadro, ese no es el enfoque de este análisis. Lo realmente interesante es el análisis de su significado y de la detallada y cuidadosa simbología que emplea Varo, la cual resulta muy valiosa para poder comprender en profundidad el interés y conocimiento de la artista por el psicoanálisis, el onirismo y la espiritualidad, puesto que esto se convertirá en una constante de su obra producida en México. En específico, esta es una obra que materializa varios conceptos introducidos por el psicólogo Carl Jung, y que demuestra la cercanía de la artista con sus teorías, y la forma en que las aplicó a su vida personal y artística.
En primer lugar, de acuerdo con el título de la obra, interpretamos a la estilizada figura como la mujer que está saliendo de una sesión con el psicoanalista. Según lo que explica Varo en sus notas, el nombre del “Dr. F.J.A”, viene de las iniciales de Freud, Jung y Adler y lo que está haciendo la mujer es tirar la cabeza de su padre al pozo, dado que eso es lo “correcto hacer al salir del psicoanalista”, sin embargo, quedan “otros desperdicios psicológicos”, que lleva en la cesta[3]. De acuerdo con su biógrafa Janet Kaplan, no hay registros documentales de que Varo haya visitado a psiquiatras. No obstante, desde muy pequeña, Varo estuvo interesada en lo espiritual, lo metafísico y su interés por las ideas de intelectuales como Jung atendían a esa necesidad de explorar y transformar la consciencia, y de auto conocerse[4].
Por lo tanto, conociendo ese contexto sobre la artista, se puede interpretar el cuadro como una representación del proceso de individuación descrito por Jung. La individuación es “un proceso en el que existe un inmanente cuestionamiento sobre el sentido de la existencia, y lo describe como el influjo de arquetipos que se experimentan en la vida de forma inconsciente, donde se descubre las potencialidades del ser humano”[5]. Es decir, para el ser humano es natural la búsqueda de los estados elevados de consciencia a través de la exploración de la psique. Al integrar estos aspectos, se da el desarrollo psicológico y la realización del yo del individuo, lo que le permite alcanzar un estado de totalidad y satisfacción personal.
En la obra, la mujer que abandona el consultorio está dando un paso hacia ese autoconocimiento, porque la visita al psicoanalista le permite integrar los aspectos conscientes e inconscientes de su ser, con la finalidad última de liberarse. Con el acto de enfrentarse a la figura de su padre al lanzar su cabeza al pozo, la propia Varo se está deshaciendo de las limitaciones patriarcales y de la determinación de la mirada masculina predominantes en los círculos artísticos en los que se movía. En el caso personal de Varo, quizás la cabeza hace referencia a su segundo marido el poeta francés Benjamín Péret, o al propio André Breton que nunca la incluyó formalmente como miembro oficial del movimiento surrealista[6]. En todo caso, es un reflejo del viaje hacia la autocomprensión de la figura femenina, donde la protagonista, al emprender ese camino de la individuación hacia la autorrealización, está reconociendo y librándose de las limitaciones personales que le obstaculizan alcanzar su autonomía psicológica.
A continuación, otro de los conceptos junguianos que se hacen presentes en Mujer saliendo del psicoanalista es el del simbolismo arquetípico en conexión con el inconsciente colectivo. Para Jung, la psique está compuesta por el ego o mente consciente, el inconsciente personal y el inconsciente colectivo. A partir de esta última capa de la psique compartida por toda la humanidad, emergen imágenes y patrones de comportamiento primordiales y universales a través de sueños, mitos y obras de arte. A este concepto le llama arquetipos. En cuanto al rol del artista frente a la manifestación de estos arquetipos Carl Jung afirma:
El artista no es una persona dotada de libre albedrío que busca sus propios fines, sino alguien que permite que el arte realice sus propósitos a través de él. Como ser humano puede tener estados de ánimo, voluntad y objetivos personales, pero como artista es “hombre” en un sentido más elevado: es “hombre colectivo”, vehículo y moldeador de la vida psíquica inconsciente de la humanidad[7].
Bajo esta perspectiva, los elementos y símbolos propios del mundo espiritual y onírico presentes en esta obra pueden ser interpretados como representaciones de los arquetipos. Varo no solo refleja sus propias experiencias, sino que también canaliza temas universales que resuenan con la psique colectiva. Trasciende lo personal explorando y expresando aspectos del inconsciente colectivo, comunicándose “desde la mente y el corazón del artista hacia la mente y el corazón de la humanidad”[8].
Un ejemplo de ello parte de uno de los arquetipos más importantes en la teoría junguiana: el ánima (la figura femenina en el inconsciente de un hombre) y el animus (la figura masculina en el inconsciente de una mujer). En la obra de Varo, los personajes andróginos y las figuras ambiguas pueden ser interpretados como manifestaciones de estos arquetipos. En este caso, la mujer saliendo del consultorio puede representar tanto el ánima como el animus, sugiriendo una armonía y equilibrio entre las energías masculinas y femeninas dentro de ella, utilizando el simbolismo para representar el proceso de integración y reconciliación de los opuestos internos.
Otro ejemplo de arquetipo es el pozo, símbolo recurrente en muchas culturas y mitologías, y asociado con la Sombra, puede representar el inconsciente profundo y los misterios ocultos de la psique. Arrojar los desechos al pozo puede interpretarse como un acto de liberar los aspectos reprimidos y no resueltos, permitiendo que el individuo se libere de las cargas del pasado y avance hacia la autorrealización. Este acto simboliza el descenso al inconsciente y el enfrentamiento con los contenidos que allí residen.
A propósito de lo que mencionaba anteriormente sobre la interacción de los opuestos, otro concepto de suma importancia para la comprensión de este cuadro es el de la dualidad inherente a la psique humana. Este detalle de la integración de la luz con la sombra o del doblado, se encuentra presente en el rostro idéntico que surge del manto verde que porta la mujer, porque esta cara manifestación del ser doblado alude a una representación del aspecto subconsciente o espontáneo de la personalidad. Si pensamos en la imagen de la protagonista como un autorretrato, entonces este doble puede ser la forma en que Varo plasma sobre el lienzo la “confrontación de sí misma para entender las equivalencias de su ser interno y externo”[9]. Al crear esta imagen, Varo podría estar realizando un autoanálisis profundo, intentando comprender y reconciliar las diversas facetas de su psique. Esto no solo alude a su proceso personal de individuación, sino que también sugiere una reflexión más amplia sobre el inconsciente colectivo y su influencia en la identidad individual.
En conclusión, la obra Mujer saliendo del psicoanalista de Remedios Varo se erige como un testimonio elocuente de la profunda conexión entre el psicoanálisis junguiano y la búsqueda de autoconocimiento y liberación femenina de la artista. A través de su simbolismo rico y detallado, Varo no solo refleja su propio viaje interno de individuación, sino que también explora los arquetipos del inconsciente colectivo, ofreciendo una mirada introspectiva y universal sobre la psique humana. La figura central de la obra, con su doble rostro y los elementos simbólicos que la rodean, representa tanto la confrontación con las limitaciones impuestas por figuras patriarcales, como la integración de los aspectos conscientes e inconscientes de su ser. Este acto de autoanálisis no solo manifiesta la influencia de las teorías junguianas en su arte, sino que también resuena con la experiencia compartida de la humanidad, destacando la capacidad del arte para trascender lo personal y conectar con lo colectivo. Así, se convierte en un portal a través del cual Varo nos invita a explorar los rincones más profundos de nuestra mente y a embarcarnos en nuestro propio viaje de autodescubrimiento y liberación.
Bibliografía
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Burgada, Beatriz Benéitez. «Qué son los arquetipos descritos por Carl Gustav Jung y por qué definen nuestra personalidad». La Vanguardia 29 de abril de 2022. https://www.lavanguardia.com/vivo/psicologia/20220429/8232186/psicologia- personalidad-arquetipos-jung-nbs.html
Franco Colorado, David. “Remedios Varo: caminante en la búsqueda de lo surreal.” Estudios Artísticos 4, no. 5 (2018): 251 – 266. https://doi.org/10.14483/25009311.13503
González Madrid, María José. “El ‘arte mágico surrealista’ en la obra de Remedios Varo.” Bulletin of Spanish Studies 95, no. 5 (2018): 511 – 532. https://doiorg.ezproxy.uniandes.edu.co/10.1080/14753820.2018.1497343
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Jung, Carl. The Spirit in man, art, and literature. Vol. 15 de The collected works of C.G Jung.
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Kaplan, Janet. Viajes inesperados: el arte y la vida de Remedios Varo. Madrid: Fundación Banco Exterior, 1988.
Ovalle, Ricardo y Walter Gruen (editores.), Remedios Varo: Catálogo razonado. México: Era ediciones, 1994.
Quiroga, María Pilar. C.G. Jung. Vida Obra y Psicoterapia. Bilbao: Desclée De Brouwer, 2015.
[1] Janet Kaplan, Viajes inesperados: el arte y la vida de Remedios Varo (Madrid: Fundación Banco Exterior, 1988), 55.
[2] Andrea Gremels, “Yo veo, yo imagino: André Breton y México”, Les Ateliers du SAL 8 (2016): 133-151.
[3] Kaplan, Viajes inesperados: el arte y la vida de Remedios Varo, 155.
[4] Ibid, p. 164.
[5] Ferney Acosta, Víctor Arcos y Gabriel Ibarra, “Proceso de individuación según Carl Gustav Jung: una mirada monográfica” Revista De Psicología GEPU 9, no. 2 (2018): 46-57.
[6] David Franco, “Remedios Varo: caminante en la búsqueda de lo surreal.” Estudios Artísticos 4, no. 5 (2018): 263.
[7] Carl Jung, The Spirit in man, art, and literature. Vol. 15 de The collected works of C.G Jung. (Londres: Routledge, 1990), 101.
[9] Franco, “Remedios Varo: caminante en la búsqueda de lo surreal”, 264.