Historia de la cerámica
Investigadoras: Patricia Zalamea, Olga García y Paula Acosta
Hacer una historia de la cerámica en Colombia, ya que, a pesar de su vital importancia para la historia del arte y del patrimonio colombiano
Investigadoras
Hacer una historia de la cerámica en Colombia, ya que, a pesar de su vital importancia para la historia del arte y del patrimonio colombiano, esta no se ha investigado ni escrito de forma comprehensiva. El producto final es un libro editado sobre la historia de la cerámica en Colombia, desde la época prehispánica hasta el arte contemporáneo. Este libro sentará las bases para futuros investigadores que se ocupen de aspectos más específicos de la historia de la cerámica. Si bien no existe un libro sobre la historia de la cerámica en Colombia, hay ejemplos que nos pueden servir, como por ejemplo el libro editado sobre la Historia del Grabado en Colombia (2009), que hace un recuente comprehensivo del medio, o incluso libros sobre la historia de la fotografía o del dibujo en Colombia.[1] Sin embargo, queremos ir mucho más allá de contar la historia de un medio o de una técnica, pues nuestro objetivo es ante todo situar la cerámica como un fenómeno cultural que se inserta en medio de distintas prácticas, disciplinas y tradiciones que tienen un valor patrimonial. También queremos ir más allá de la noción de que la cerámica es una cuestión técnica, que es como suele estudiarse en la historia del arte. Las particularidades culturales y filosóficas de la cerámica es algo que está aún por pensarse y resulta fundamental identificar algunos aspectos que caracterizan el trabajo en cerámica, como son los tiempos y el proceso mismo (no en vano se asocia con actividades de duración lenta y meditativa); la forma en que ciertas tradiciones se relacionan con una identidad regional o local; la cerámica como un medio en transformación o metamorfosis continua (una suerte de alquimia); la capacidad de experimentación material en artistas contemporáneos que puede identificarse con un tipo de sensibilidad muy particular donde el arte y la vida resultan inseparables. Para este tipo de reflexiones, nos servirá como punto de partida un texto de Octavio Paz titulado “El uso y la contemplación”, en el que reflexiona filosóficamente sobre ese lugar ambiguo que ocupa la cerámica entre medio, técnica, material, forma artística y objeto utilitario.[2]
Objetivos específicos en esta fase:
- Hacer el levantamiento de la información sobre algunas de las principales regiones y talleres en Colombia.
- Compilar una bibliografía secundaria sobre la historia de la cerámica.
- Investigar sobre artistas y talleres en Colombia.
- Hacer una investigación en hemeroteca y archivos en Bogotá sobre la historia de las exposiciones de cerámica en Colombia en el siglo XX y su recepción.
- Transcripción de entrevistas ya hechas con artistas y talleristas en distintas regiones del país.
Presentación:
La cerámica es un medio y a la vez una técnica que oscila entre el arte, el diseño, la artesanía y los oficios; podría decirse que, al estar en medio de diversas disciplinas y prácticas, se trata un medio con múltiples dimensiones y posibilidades de inserción en la sociedad. En esto reside, justamente, su riqueza cultural y su potencial artístico. Sin embargo, y a pesar de su importancia para la historia material y cultural de Colombia, su historia no ha sido escrita de forma comprehensiva ni cuidadosamente documentada. Se trata de una de las técnicas más antiguas y propias del territorio colombiano, como puede verse en la rica diversidad de la producción prehispánica en barro. En el caso de la arqueología, sí ha habido estudios técnicos significativos tanto para la cerámica prehispánica como colonial, pero estos no necesariamente se conectan en un sentido histórico amplio con las tradiciones actuales ni se ven a la luz de una historia del arte panorámica de la cerámica en Colombia. [3] Por otro lado, un estudio de las diversas tendencias y expresiones artísticas y artesanales de los siglos XX y XXI muestra que la cerámica en Colombia ha tenido múltiples desarrollos que merecen documentarse y verse de forma conectada en relación con el desarrollo de las artes, el diseño y los oficios en general. Un caso particular que resulta fundamental pero que no ha sido muy estudiado es la primera exposición de cerámica en el país, presentada en la Sociedad Colombiana de Ingenieros en 1936 por Carolina Cárdenas y Sergio Trujillo Magnenat, dos artistas de vanguardia que experimentaron con la cerámica pero cuya obra es generalmente más conocida como pictórica (tema proyectado para el capítulo cinco del libro).
Tanto en las academias como en las escuelas de arte en Colombia, la cerámica tiende a estar relegada a un segundo lugar, muchas veces por considerarse simplemente una técnica o como parte de las mal llamadas “artes menores” que tienden a asociarse con cuestiones utilitarias. Por otro lado, en años recientes, las curadurías nuevas en el Museo Nacional de Colombia y en el Museo de Antioquia le han dado un lugar significativo a la cerámica; por ejemplo, en la exposición “El barro tiene voz” en el Museo de Antioquia, se disponen objetos prehispánicos en diálogo con obras de ceramistas contemporáneos de formas innovadoras, que ponen en juego algunas relaciones históricas y tematicas. [4]
En el Museo Nacional de Colombia, en las nuevas salas sobre el territorio y “La tierra como recurso”, se incluyen obras de ceramistas contemporáneas como Rosa María Jérez, otorgándola así un lugar en la historia del país y a la vez rompiendo las barreras tradicionales entre arte, artesanía y diseño. Sin embargo, no hay catálogos ni escritos académicos que propongan una reflexión a fondo sobre el lugar de la cerámica en la historia cultural del país ni sobre su valor patrimonial.
De esta manera, resulta vital contextualizar la producción de cerámica en el país y conectarla con la historia del arte que se ha hecho sobre Colombia, así como con tendencias regionales y globales, así como sí se ha hecho con otras artes o medios artísticos. También es fundamental documentar las tradiciones actuales en Colombia, algunas de las cuales están por desaparecer, como es el caso de las mujeres alfareras en Juana Sánchez en Bolívar, y de diversas poblaciones en Córdoba, así como el bruñido y ahumado que caracterizan el trabajo en la Chamba en Tolima, para reconocer su valor patrimonial y artístico, así como hacer un análisis histórico del desarrollo de estas tradiciones.
[1] López, María del Pilar; Laura Liliana Vargas; Álvaro Medina; Ruth Acuña. Historia del grabado en Colombia. Bogotá: Planeta, 2009. Rubiano, Germán. El dibujo en Colombia: de Vásquez de Arce y Ceballos a los artistas de hoy. Bogotá: Planeta, 1997. Serrano, Eduardo. Historia de la fotografía en Colombia. Bogotá: Museo de Arte Moderno, 1983.
[2] Octavio Paz, “El uso y la contemplación”. Revista Camacol v.11 (1): edición 34 (marzo 1988): 120-125.
[3] Ver por ejemplo los trabajos hechos en la Fundación Erigaie y el catálogo de cerámicas arqueológicas: http://ceramicas.erigaie.org Un ejemplo de un estudio técnico incluye el artículo de Patiño Romero, José Leonardo, “Arqueotoxicología de las Cerámicas Coloniales: Análisis Arqueométrico de la Utilización del Plomo en las Cerámicas de Santafé de Bogotá (Colombia)”. En VESTÍGIOS – Revista Latinoamericana de Arqueología Histórica. Laboratório de Arqueologia – Fafich/UFMG; Belo Horizonte, MG, Brasil, Volume 7, Número 2, Julho – Dezembro 2013.
[4] https://www.museodeantioquia.co/exposicion/el-barro-tiene-voz/