Topografías Monstruosas (2021) - Valentina Inostroza Bravo

Sobre la obra

Para la convocatoria Miradas de lo viviente de la ciencia al arte, deseo proponer la serie Topografías Monstruosas (2021), la cual se compone de 4 piezas, Reflejos en el ojo de un software, Cultivo de posibles, Abecedario monstruoso y Blob, de cuales las dos primeras corresponden a arte digital, en tanto las dos últimas se enmarcan dentro del arte sonoro y bioarte, respectivamente.

Las piezas que componen la obra parecieran diversos estados de un mismo ser, un ser que devino y mutó a causa de diferentes condiciones, pero que tienen un origen común, un cuerpo gordo sobre una plataforma vibratoria, un cuerpo en estado de vibración a modo de objeto de estudio, el cual constituye una matriz de información.

Desde allí se explora lo monstruoso a partir del propio cuerpo, recurriendo a lo híbrido y a un diálogo activo entre agencia “humana” y virtual para indagar en torno a las posibilidades críticas que esto supone. La problemática abordada a través de Topografías Monstruosas apunta a cómo la creación de monstruos por medio del cuerpo y la tecnología permite cuestionar las jerarquías y categorizaciones verticales de lo humano, poniendo énfasis en otras posibilidades de agencia, vitalidad y corporalidad.

En este sentido, mi exploración artística se basó en la construcción y deconstrucción de corporalidades monstruosas, vibrátiles y fluidas, las cuales se constituyen a través de una relación estrecha entre agencia “humana” y no humana, entremezclando datos biométricos, programación, performatividad corporal, bioarte, animación y sonidos híbridos, ocasionando un encuentro activo entre lo (pseudo) humano y lo virtual/maquinal, borroneado dicha frontera, desbordando lo que se supone humano a través de ficciones posibles.

La construcción de otros cuerpos, espacios y seres tiene relación al deseo de generar una topografía que evidencie y reivindique la existencia de lo monstruoso, de los seres que han sido relegados de lo humano y por ello violentados sistemáticamente a partir de la jerarquía antropocéntrica y patriarcal que categoriza a los cuerpos.

Con relación título, topografía etimológicamente refiere a describir el territorio, en tanto la palabra monstruo deriva del verbo monere que significa advertir, es decir constituye una advertencia y/o aviso. En conjunto y siguiendo la misma lógica, la obra apuntaría a la descripción de un territorio peligroso, una advertencia.

De esta manera, la obra se relaciona con el tema propuesto ya que utiliza lo vivo como una fuente de agencia y poder critico-político, lo cual en conjunto a la tecnología permite generar seres otros que abran nuevas posibilidades de comprensión de lo vivo, abrazando la diversidad, el xenofeminismo y la posdisciplina, universos de sentido que en conjunto a la práctica artística permiten abordar y desbordar las fronteras y categorizaciones fijas.

Otros proyectos

Artes tecnológicas contemporáneas